Jozica Jurin, quien como religiosa tomó el nombre de Sor Cecilija, era madre superiora en un convento católico en Split, en la costa del Adriático.
Pirović, Marija (Hermana Karitas), era una de las religiosas que formaban parte de esa institución, que era a la vez convento e internado.
Durante la guerra, el monasterio fue utilizado como refugio para personas perseguidas por los alemanes, entre ellos niños judíos.
Doce monjas vivían allí y cuidaban a 50 niños.
En diciembre de 1941, Avraham Albert Albahari, de cuatro años, fue llevado al convento desde Sarajevo.
Avraham era el único miembro superviviente de una gran familia judía.
Fue salvado por su tía que lo había sacado de un punto de reunión, a la espera de ser deportado a un campo de concentración.
Esta tía había llevado a Avraham con su tío en Split, (Salomón Moni Elazar) .
Este, en coordinación con los líderes de la comunidad judía de allí, hizo los arreglos para que el niño fuera llevado al monasterio.
Avraham fue entregado a la hermana Cecilija y le dijeron que se llamaba Bato (abreviatura de Alberto).
Había otros siete niños judíos alojados en el convento cuando llegó Avraham.
Estaban bajo el estricto cuidado de la hermana Karitas, quien participó del secreto de su identidad judía.
Cuando los alemanes entraron en la zona en septiembre de 1943, tras la rendición italiana a los aliados, se llevaron a cabo registros en la abadía.
Es que el lugar estaba bajo sospecha de ser un refugio para personas en fuga.
Frente a esta situación, los niños quedaron escondidos en lugares secretos a lo largo de los pasajes de la edificación.
Muchos años después recordarían la oscuridad aterradora que había en esos pequeños escondites y cómo permanecían paralizados por el temor de que un mínimo ruido los delatara.
Pero durante estos momentos difíciles, la hermana Karitas animó a los niños escondidos, diciéndoles que se acercaba el fin de la guerra y que pronto serían liberados.
Las hermanas escondieron y cuidaron de los niños hasta la liberación de Split, a fines de 1944.
Entre los salvados por la hermana Cecilija y la hermana Karitas se encontraban Avraham Albert Albahari (Bato), Alexander y Erna Papo e Iso Poljokan.
Después de la guerra, todos emigraron a Israel.
Bato, se convirtió en maestro, se casó ,tuvo cuatro hijos y en 1988 viajó a visitar a sus salvadoras.
Dijo: “Vine a mostrarles cuanto crecí, a visitarlas y a agradecerles por haberme cuidado y salvado.”
El 21 de junio de 1989, Yad Vashem reconoció a Jozica Jurin (hermana Cecilija) y Marija Pirović (hermana Karitas) como Justos de las Naciones.